21 de abril de 2024

Les chambres rouges. Pascal Plante. 2023.

 





La he visto en dos partes. La primera con el poke de salmón de Mercadona. El pequeño ha decidido terminar su siesta y aunque he intentado dormirlo sin éxito, he decidido seguir de noche. Ahora mientras duerme ha terminado la película. Todo apagado excepto la pantalla del móvil (la ve visto en la tele).  No me puedo mover del sofá. Uff. Cena ramen de sobre con un poco de acelgas flotando. Vaya tela. Sí es hermana de Demonlover. Voy a leer reseñas y reseñas de esta peli. Shock.

17 de abril de 2024

No llegamos a final de mes

Ahí va delante de mí
abriendo pestañas.
Se asoma a los libros que no puedo comprar.
A veces es una coca-cola redbull
o una hamburguesa de
ahora, uno treinta.
Es dejar de estar al sol,
entrar en un sitio y sacar la tarjeta
para quitar ese sabor que tiene tu boca.
Luego aún sobra y lo tiras
a la papelera cercana
que aguanta estoica y agradecida.
El libro se queda sin leer
hasta un cambio de dueño
y andas empachado
con un bocado de nada.

15 de abril de 2024

8 de abril de 2024

Lumbago + Ciática

Tienes un ataque de lumbago + ciática. Repta. Apóyate en las rodillas. Date tiempo para avanzar.

Toma algo dulce para el mareo.

Ve a urgencias, que te pinchen algo. Diazepam. Enantium. Urbason.

Si entras haciendo el cangrejo (no podrías entrar de otra manera) te darán una silla de ruedas.

Las placas de la espalda las puedes hacer de pie.

No te vayas sin recetas. Robaxisal. Yurelax. Enantium. Ibuprofeno. Diazepam. Nolotil. Corticoides.

Ten paciencia. Ponte calor 3 veces al día pero no más de 20 minutos.

Duerme boca arriba con un cojín bajo las rodillas-pantorillas o en posición fetal. 

Intenta estirar, hacer ejercicios mientras esperas a tu fisio, osteópata que te coloque en el sitio.

Pasea con orgullo tu condición de reptil. Lleva gafas polarizadas. Súmate 50 años.

Escucha techno mientras avanzas con lentitud. Nota el sol en la cara.

13 de marzo de 2024

Pollo entero a la Crock-pot

Estamos cerca de la perfección con el pollo entero en la olla de cocción lenta.

Ingredientes
- Un pollo entero
- Romero
- 2 limones
- 1 cebolla
- 1 cabeza de ajos

Pasos

- Parte un limón y una cebolla en rodajas y cubre el fondo de la olla con las rodajas y algo de aceite.
- Barniza el pollo con una mezcla de limón, aceite, sal y pimienta (por dentro también).
- Colócalo en la olla, añade algunas ramas de romero y unacabeza de ajos por la mitad.
- Ponlo 5 horas en baja temperatura. Cuando termine, pinta un poco de miel en la parte superior del pollo y colócalo en el horno al grill 5 minutos.
- Puedes servirlo con arroz, patatas o puré de patata.

Comentarios

Sale bastante salsa.

pd 20240314







- Una lata de cerveza sin alcohol ha explotado en el congelador.
- Siguen las obras de las nuevas aceras.

Marcas

No me importa,
es más ______,
las manchas de café
sobre el escritorio.
Eso son las marcas en los libros.
Hemos pasado
por sus páginas,
estado ahí.

12 de marzo de 2024

Gafas de filtro azul

Llegan las gafas
con filtro azul.
Empiezo una reunión
con ellas puestas
mientras leo
que está demostrado
no sirven para nada.
Termino la singular
charla en la que llevaba gafas
y las guardo en el cajón.

Ya está

Llora, llora
reclamando sus derechos,
indignado.
Te acercas y
haces un gruñido
fingiendo un gran esfuerzo
para levantarlo
lleno de leche en su pequeñez
y lo pegas al pecho
notando lo cálido de sus
cuatro meses.
Se calla y mira
con los ojos abiertos.
Ya está.

8 de marzo de 2024

Miguel, mi peluquero

Me llevaban a la misma peluquería que iban mi abuela, mi bisabuela, su hermana, mi madre y mis hermanas. La peluquería olía a un champú inconfundible. Sonaba a secadoras y a música. Había fotos de gente rara con peinados raros que miraba muy seriamente, había cachibaches en repisas, cajones. Todos los peluqueros tenían buenos peinados y vestían de negro. Cuando mi abuela estaba al fondo y coincidíamos, me daba vergüenza atravesar todo el local para saludarla y allí estaba tan contenta. Esa era su verdadera iglesia. Las peluqueras me hablaban y referían mi parecido o lo mayor que me hacía. Yo no sabía quiénes eran y sonreía. Recuerdo que había una trona con un volante para distraer a los niños del corte del peluquero. Esperar a que me asignaran a un peluquero era incómodo. ¿Quién te lo corta? Con el tiempo llegó Miguel y se convirtió en mi respuesta segura y tranquila a esa pregunta. Miguel me contaba y preguntaba cosas. No había silencios raros donde los peluqueros optaban por hablar con señoras a metros de distancia que leían revistas con aliens en la cabeza. Miguel me había visto saltar las escaleras de acceso al metro mientras corría para no perderlo, decía que me agarraba a la barandilla y saltaba muchos escalones de una vez. Un día después de cortarme el pelo me ofreció colocarme un poco de wet, que no era gomina ni nada de eso. Otro día al entrar me preguntaron ¿quién te lo corta? Y a mi respuesta me dijeron: ya no está. Así, sin ninguna explicación. Quise preguntar. Pero no supe. Por un lado parecía una falta de lealtad hacia la peluquería, pero qué más me daba, ¿dónde estaba Miguel?